Independiente tiene un nuevo refuerzo que quizás para muchos, sobre todos para quienes no saben demasiado del fútbol de ascenso, es desconocido. Pero Matías Pisano, un “chiquitín” de 21 años y 1.66 metros de altura, está lejos de ser un ignoto y, mucho menos, un negado con la pelota.
El “enano” hizo las infantiles e inferiores en Chacarita, donde debutó en Primera a mediados de 2009 en el certamen de Primera B Nacional frente a Almagro, en cancha de Fénix. Con apenas 16 años, a los 3 minutos de haber ingresado hizo el 1-0 de su equipo y, cerca del final, participó del 2-0.
En ese año del estreno jugó 15 partidos y anotó sólo aquel gol en el debut. Al año siguiente, en la máxima categoría, ingresó en la primera fecha del Clausura 2010 ante Tigre (victoria 2-0 del “Funebrero”) en lugar de Nicolás Ramírez de la mano de Fernando Gamboa. Entró para acompañar en la delantera nada menos que a Facundo Parra…
Sin embargo, merced a la floja campaña de su equipo, el DT se inclinó por jugadores más experimentados y no volvió a ver acción hasta la fecha 15, ya dirigido por Mauro Navas, e ingresó en cuatro partidos más, pero bajo las órdenes de Luis Marabotto, DT interino con el que descendió perdiendo los últimos 8 partidos.
Previo a su participación en la Primera División, en 2008 fue invitado por el Villarreal español para participar “de unas jornadas de entrenamiento enfocadas a demostrar la condición en la que Chacarita prepara a sus jugadores juveniles”, según se contó en aquel momento. Jugó para el “Submarino Amarillo” contra el Zaragoza y el Real Madrid, disputando 20 minutos en el primer encuentro y siendo titular en la final hasta el minuto 70. Ganaron ambos partidos, 1-0 y 2-1.
Integró las selecciones Sub 18 y la Sub 20 de Argentina en varias oportunidades y logró su máximo nivel en la B Metropolitana, donde disputó 35 encuentros y anotó 10 goles.
Pero no todas fueron buenas para Pisano: en el primer año en infantiles en Chacarita tuvo un accidente grave que lo dejó al borde de la muerte. “Jugábamos en la cancha del Polideportivo y me hacen un foul sobre el lateral, caí contra el paredón del alambrado y ahí pegó mi cabeza; sufrí traumatismo de cráneo. Me operaron en el Hospital Garrahan y estuve un año parado”, contó Pisano.
“Pudo haber sido mucho peor, gracias a Dios zafé y sigo vivo. Después de eso mi mamá no quería que jugara más, fue mi viejo quien la convenció”, continuó Pisano, a quien la vida le dio revancha y hoy lo deposita en Independiente, un desafío enorme para un chiquito lleno de talento.
Via: Orgullo Rojo
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