En el final del partido, Independiente dio en la tecla y con un gol de Farías igualó 3-3 frente a Boca en La Bombonera, en el cotejo correspondiente al duelo de ida de la segunda ronda de la Copa Sudamericana. El juego fue atractivo, plagado de horrores defensivos y fallas en la definición. El “Xeneize” siempre estuvo arriba gracias a los tantos de Silva, Somoza y Sánchez Miño. Santana y Rosales habían empatado transitoriamente. La revancha se jugará en una semana, en el Libertadores de América.
Cuando Independiente amagaba a ser un poco más de la pobre imagen que venía mostrando a lo largo del Torneo Inicial, Leonel Galeano, de un nivel bajísimo, cometió un horror defensivo y Santiago Silva, que andaba deambulando cerca, no perdonó. Así, Boca, que había hecho muy poco para estar arriba, se ponía en ventaja.
¿Qué había hecho Independiente? No demasiado, pero había tenido la más clara con Patricio Vidal, que tras una buena acción personal, sacó un fuerte remate que se fue cerca del primer palo de D’Angelo. Tras el gol “xeneize”, el “Rojo” fue un cúmulo de errores. Pifia tras pifia defensiva –con una defensa calamitosa-, Boca estaba muy cerca del segundo, pero fallaba en la definición.
Si bien no era una tromba, Boca manejaba el partido. Independiente dejaba espacios increíbles y los locales, por errores propios, no lograban estirar el resultado. Independiente tuvo una llegada aislada a los 31 minutos, cuando Paulo Rosales no llegó a definir ante la rápida salida del arquero rival.
A un minuto del final, un gran desborde de Patricio Vidal, el mejor de Independiente en los primeros 45 minutos, terminó en un muy buen centro. Jonathan Santana llegó casi hasta el borde del área chica para anticiparse a la defensa y marcar el empate. Pero el festejo duró muy poco. De inmediato, Leandro Somoza –absolutamente solo- contestó con un bombazo de media distancia para poner el Clásico 2-1 a favor de Boca.
En el segundo tiempo, Cristian Díaz sacó a Galeano, puso a Samuel Cáceres y trató de darle un poco de seguridad a la inestable zona central de la defensa. A los tres minutos del complemento se inviertieron los roles y el grave error defensivo lo cometió Boca. Se equivocó D’Angelo al salir a buscar un centro y Paulo Rosales aprovechó la ausencia del arquero para, de zurda, acomodar la pelota junto a un palo, pese a la presencia de dos jugadores rivales en la línea del arco. Empataba el “Rojo”. Boca pagaba su falta de contundencia.
Para mejor, tres minutos después Boca se quedaba con 10 por la expulsión de Rolando Schiavi. Osmar Ferreyra y Luciano Leguizamón ingresaron por Vargas y Vidal, e Independiente, en vez de aprovechar el hombre de más, comenzó a sufrirlo. No tenía posesión de pelota, atacaba desprolijamente y temblaba con cada contra. Ernesto Farías lo tuvo casi debajo del arco, pero D’Angelo le sacó el gol de forma brillante.
Independiente se fue quedando sin piernas. No supo encarar el partido ni hacerse cargo del hombre de más. Boca se agrandó, olió sangre y salió a buscar el duelo con inteligencia. El “Rojo”, de a poco, volvió a mostrar su cara más oscura. Fue lamentable ver cómo le pesó el hombre de más al equipo de Cristian Díaz, que cada vez que tenía que atacar se nublaba.
Y lo que se olía llegó. Sánchez Miño, a los 77’, pateó brillantemente un tiro libre al borde del área y la pelota se coló junto al palo izquierdo de Hilario Navarro. Gol de Boca, un duro cachetazo para Independiente, que volvía a pagar caro sus debilidades. El “Rojo” cayó en la desesperación, algo inentendible teniendo en cuenta que apenas se jugaban los primeros 90 minutos de una llave de 180.
Independiente recién lo tuvo a seis del final, pero otra vez Farías no pudo. El “Tecla”, que venía a contramano del gol, agudizaba su racha con un zurdazo al travesaño. En el rebote, Ferreyra remató al primer palo pero el arquero respondió para mandarla al córner. Así se fue esfumando el partido, con un Independiente carente de ideas, ciego en ataque y desorbitado en defensa. El partido se moría, pero Independiente es Independiente. Otra vez en tiempo de descuento, otra vez cuando no quedaba nada, Clemente Rodríguez le regaló un penal al “Rojo” y el “Tecla” lo cambió por gol para el definitivo 3-3. Sí, justó él, el héroe del 5-4.
Así se fue el partido. Independiente lo pudo haber perdido feo, pero sus errores los complementó con las fallas de Boca. Le volvió a costar en ataque y otras vez mostró desacoples defensivos que podrían haber costado demasiado caro. Pero otra vez, apareció un poco de esa historia llena de duendes místicos para sacar un empate valioso, en una cancha para nada fácil. En siete días habrá revancha. Que sea con la mejor cara de todas…y que la historia copera vuelva a pesar.
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